Rafa Benítez ya es oficialmente entrenador del Real Madrid. Ha firmado su nuevo contrato, ha escuchado las primeras palabras de Florentino Pérez y ha tenido su momento de gloria ante los medios de comunicación. De hecho, ha tenido tiempo hasta para emocionarse en público al recordar que con su regreso cierra el círculo en el club.
No ha querido hablar más de la cuenta
Vuelve a su casa y lo quiere hacer a lo grande. Sabe que la victoria es lo único que le vale para continuar y que el público del Santiago Bernabéu es muy exigente. No le asusta porque ya sabe lo que es entrenar en clubes como el Valencia, el Liverpool, el Chelsea, el Inter de Milán o el Nápoles, donde siempre han esperado mucho de él y donde ha logrado varios títulos tan importantes como dos Ligas, dos Europa League y una Champions League.
Promete trabajo y dedicación. Dice que tendrá a su disposición la mejor plantilla que ha tenido a lo largo de su carrera como entrenador y que hará todo lo que esté en su mano por el bien del equipo.
De lo que no ha dicho nada es de lo que hará con los jugadores que están pendiendo de un hilo. Es el caso de Iker Casillas, por el que le han preguntado en más de una ocasión. Ha evitado hablar del tema y por el tono que ha empleado me da a mí que no va a continuar en el Santiago Bernabéu. De hecho, se comenta que el Madrid ha cerrado un acuerdo con el Manchester United para traspasar a David de Gea a cambio de 35 millones de euros.