Es el cuento de nunca acabar. El Athletic de Bilbao no puede con el Barça en las finales de Copa. En la temporada 2008-2009 perdieron 4-1 en Mestalla, en la 2011-2012 3-0 en el Vicente Calderón y anoche en el Camp Nou se repitió la historia. Los catalanes levantaron la primera copa que entrega Felipe VI al imponerse por 3-1 a los leones, que apenas tuvieron oportunidades de gol a lo largo de los 90 minutos de partido.
Pitos, abucheos y a jugar
Todo empezó con el himno de España sonando en el coliseo azulgrana. Y pasó lo que tenía que pasar. La gente habló demasiado de lo mal que estaba pitar el himno días antes de la final, y con eso solo consiguieron que la pitada fuera mayor. El ruido fue ensordecedor y en el palco solo había caras de póquer a excepción de la de Artur Mas, que por dentro lo estaba disfrutando como un cerdo.
Messi es Dios
Politiqueo y tonterías aparte, Velasco Carballo hizo sonar su silbato y el balón empezó a rodar. Quien más lo tuvo y quien más lo supo mimar fue el actual campeón de Liga, que se dio prisa por generar las primeras ocasiones de gol y no tardó mucho en encontrar su premio.
Lo encontró porque el número 10 lo lleva un genio llamado Leo Messi. Cuando está en forma es el mejor del mundo, e incluso me atrevería a decir que es el mejor de la historia. Eso es algo que se puede discutir, pero lo que es indiscutible es que su primer gol fue un gol de bandera.
Recibió en la banda derecha y fueron hasta tres tíos a presionarle. Nada raro para él. Lo que tampoco suele ser raro es que se vaya de los tres con facilidad. Dejó en evidencia a Balenziaga, Beñat y Mikel Rico. Este último trató de frenarle con una patada cuando ya encaraba a Aymeric Laporte, pero no fue capaz de derribar al argentino y el balón acabó entrando por el palo corto. Iago Herrerín se estiró, pero la obra de arte terminó de la mejor forma posible.
El tridente sigue a lo suyo
Eso pasó en el minuto 20, y en el 36 subió el segundo al marcador. Luis Suárez aprovechó un buen pase de Ivan Rakitic para adelantarse a la defensa del Athletic. Después, lejos de ser egoísta, vio a Neymar entrando por el segundo palo y se la puso para que solo tuviera que empujarla. Herrerín estaba vendido y los vascos muy tocados y casi hundidos.
La puntilla llegó en la segunda parte, que por cierto fue bastante aburrida. El nivel del Barça cayó considerablemente y el Athletic no apretó lo suficiente como para tener ocasiones claras de gol. Messi completó su gran noche con el segundo al anticiparse a la defensa rojiblanca en un centro raso de Dani Alves que no parecía llevar demasiado peligro. Puso la bota lo justo para sentenciar la final.
Maquillaje
Pese al 3-0 que les había dejado KO, los leones buscaron el gol del honor y lo encontraron. Fue en un centro de Ibai Gómez que peinó a las mil maravillas Iñaki Williams, un joven jugador al que le auguro un futuro prometedor.
Con el 3-1 acabó el partido y Xavi Hernández pudo levantar otro título que se suma a su extenso palmarés. Ya van 29 si tenemos en cuenta los que ha ganado con España, y el próximo sábado podrían ser 30 si son capaces de ganar a la Juventus en la gran final de Berlín, a la que por cierto llegan en un momento de forma excepcional y con Messi más on fire que nunca.