El Barça lo tiene todo para ser campeón de Liga este próximo fin de semana. El Atlético de Madrid ya es equipo de Champions y saldrá a jugar sin la necesidad imperiosa de puntuar. Eso no quiere decir que vayan a regalar el partido, pero estoy convencido de que la relajación puede influir en un duelo que los de Luis Enrique tratarán de finiquitar desde el primer minuto.
Una victoria muy importante
El pasado sábado hicieron los deberes derrotando a la Real Sociedad por 2-0 en el Camp Nou. Neymar se encargó de abrir la lata y Pedro aprovechó sus minutos anotando el segundo a poco del final. No fue un partido tan plácido como algunos creían que iba a ser, pero lo sacaron adelante y empezaron a pensar en la vuelta de las semifinales de la Champions, donde les espera el Bayern de Múnich con ganas de remontar el 3-0 que encajaron días atrás.
Inoportuno resbalón del Madrid en casa
Si los catalanes están a punto de ganar otra Liga es porque el Real Madrid volvió a pinchar. Es vez en el Santiago Bernabéu ante el Valencia, que se presentó en la capital con ganas de llevarse los tres puntos. No hay que olvidar que los hombres dirigidos por Nuno Espirito Santo fueron los encargados de romper la excelente racha de victorias que acabó a principios de año.
Paco Alcácer y Javi Fuego adelantaron a los visitantes antes de la media hora de juego. El Madrid se puso las pilas y fue capaz de igualar el marcador en la segunda parte con goles de Pepe e Isco. Sin embargo, lamentaron haberse topado hasta tres veces contra el poste de la portería defendida por Diego Alves, que volvió a exhibirse bajo palos parándole un penalti a Cristiano Ronaldo.
En Barcelona llevan el depósito más lleno
La diferencia entre los dos grandes de España es considerable a estas alturas. No por plantilla, porque el Madrid tiene el mismo potencial o más que el Barça. La clave está en el momento de forma al que han llegado unos y otros. Carlo Ancelotti ha quemado a los suyos con muy pocas rotaciones y han llegado demasiado desgastados al tramo final de la temporada. Todo lo contrario que Luis Enrique, que ha sabido gestionar su plantilla y ahora puede alinear su once de gala semana tras semana y obtener el máximo rendimiento.