El Bayern de Múnich se ha proclamado campeón de la Bundesliga por vigésimo quinta vez en su laureada historia. Lo ha hecho con cuatro jornadas de antelación, así que podrá centrarse en la Copa Alemana y en la Champions League, que son las dos competiciones que todavía puede ganar.
Cumplieron con su parte
El sábado hicieron los deberes derrotando al Hertha de Berlín en el Allianz Arena con un equipo plagado de bajas. El único tanto del partido lo anotó Bastian Schweinsteiger, que reapareció tras varias jornadas apartado de los terrenos de juego por culpa de una lesión.
El centrocampista alemán aprovechó una sensacional jugada del joven Mitchell Weiser para batir a Sascha Burchert en el minuto 80. Se encontró con el balón a la altura del punto de penalti y libre de marca, así que no se lo pensó dos veces y colocó el interior de su bota derecha con mucha clase para darle los tres puntos a los suyos.
Se beneficiaron de la ayuda del Gladbach
Los bávaros no pudieron celebrar el título en el césped como les hubiera gustado, ya que estaban pendientes de conocer el resultado del partido del Wolfsburgo. Se jugó el domingo y se saldó con la victoria del Borussia Mönchengladbach, tercer clasificado que se ha asegurado su presencia en la próxima edición de la Champions League, aunque todavía no sabe si tendrá un billete directo o jugará la previa. El Bayer Leverkusen está al acecho.
El gol que tumbó al Wolfsburgo lo anotó Max Kruse en el último minuto. Fue quien le puso más empeño a una jugada en la que los visitantes se durmieron. Llegó al balón con rapidez y lo tocó lo justo para que los aficionados del Borussia Park enloquecieran por completo.