Quién se lo iba a decir a Dani Alves hace cosa de un año. La sanción de la FIFA le ha venido como anillo al dedo para pedir una renovación galáctica a sus 31 años (cumplirá 32 en mayo), algo que ni siquiera se le pasaba por la cabeza cuando le empezaron a llover críticas desde la grada con el Tata Martino en el banquillo.
Su situación ha cambiado por completo y la falta de confianza en Martín Montoya le da poder de negociación. Luis Enrique está satisfecho con su rendimiento y va a ser uno de los que darán la cara por su renovación, aunque evidentemente esto va a ser una cuestión de dinero.
Se quiere quedar, pero hasta 2018
Alves sabe que como en el Barça no va a estar en ninguna parte, pero quiere un contrato que no se termine hasta el 30 de junio de 2018, y eso es algo que por ahora solo le quieren ofrecer otros clubes que han contactado con su representante.
Pretendientes de todo tipo
Uno de ellos es el Liverpool, que se ha hartado de Glen Johnson y quiere al internacional brasileño en Anfield. La Juventus, el PSG o el Arsenal son otros clubes que andan al acecho, así que no lo van a tener nada fácil. El proyecto deportivo de los ‘reds’ no es tan convincente como antaño y dudo que sean capaces de poner más dinero sobre la mesa que el Manchester City, por ejemplo.
Sinceramente creo que su continuidad en el Barça estará ligada a los resultados que obtenga el equipo de ahora en adelante. Si logran el triplete se puede dar por hecho que no se moverá de la Ciudad Condal, pero si terminan el año en blanco hará las maletas con casi total seguridad. Cuando uno está contento se deja llevar por las emociones.
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