Todavía no ha ganado nada desde que volvió al Chelsea tras un año nefasto en el Real Madrid. José Mourinho firmó una mala temporada en su regreso a Stamford Bridge, pero a pesar de ello tuvo el apoyo de un Roman Abramovich que abrió su cartera de par en par con el objetivo de fichar a los jugadores que le había pedido. Pagó 23 millones de euros por Filipe Luis, 33 por Cesc Fábregas, 3 por Mario Pasalic, 10,5 por Loïc Rémy y 38 por Diego Costa.
Compromiso a largo plazo
A pesar de que este año tampoco ha ganado nada hasta la fecha y se ha quedado fuera de la FA Cup, el magnate ruso está dispuesto a ampliar su contrato hasta el 30 de junio de 2019. Es lo que se cuece después de que Eden Hazard haya extendido su compromiso hasta 2020.
Todavía le quedan dos años más de contrato, pero ambas partes son felices y podrían firmar dos más. Mourinho ha manifestado públicamente que le encantaría pasarse una década en el Chelsea, convertirse en una especie de Sir Alex Ferguson o Arsène Wenger. Se vive muy bien dirigiendo a un grande de Inglaterra, ya que allí tienen más paciencia que en España y los aficionados no suelen rajar tanto a la que se pierden dos o tres partidos.
Una gran temporada que se podría torcer
Solo el tropiezo ante el Bradford City en la FA Cup ha logrado empañar su temporada al frente de los ‘blues’. En la Champions League pasaron como primeros de grupo y ahora afrontarán la vuelta de octavos de final tras el 1-1 de la ida ante el PSG en el Parque de los Príncipes. En la Premier las cosas todavía les van mejor, ya que en estos momentos son líderes con 7 puntos de ventaja respecto al Manchester City y 12 respecto al Manchester United.