Ni con el Real Madrid ni con ningún otro club del planeta. Ya sabemos cómo se las gasta Josu Urrutia y no va a rebajar sus pretensiones. Quien quiera llevarse a Aymeric Laporte tendrá que pasar por caja y desembolsar los 42 millones de euros que figuran en su cláusula de rescisión. Pasó lo mismo con Fernando Llorente, Javi Martínez y Ander Herrera, y como era de esperar el joven central francés no va a ser una excepción.
Joven y sobradamente preparado
Tiene 20 años y ya ha despertado el interés de varios clubes europeos de nivel. Sonó para el Barça, que finalmente se decantó por Thomas Vermaelen y Jérémy Mathieu, y su nombre también ha figurado en la agenda de algún que otro club inglés, como por ejemplo el Manchester United. Es uno de los pilares del Athletic y Ernesto Valverde no le da ni un solo partido de descanso. Además, no hay que olvidar que puede jugar de central y de lateral, algo que siempre valoran todos los entrenadores.
¿Illarra como moneda de cambio?
Laporte tiene calidad, es contundente y su futuro es prometedor. Por eso el Madrid ya se ha presentado en San Mamés para negociar. Ambos clubes están en contacto desde que los vascos presentaron una oferta de 25 millones de euros por Asier Illarramendi, en lo que podría ser una excusa para hablar del traspaso del joven central. No podrán utilizar lo de Illarra como amenaza porque saben que una oferta así no se puede desaprovechar, pero seguro que lo van a utilizar para meter algo de presión.
El Madrid no le quiere antes de que se cierre el mercado de invierno. Puede esperar al mes de junio, pero en cualquier caso sabe que la cláusula de rescisión va a ser su mayor obstáculo. Su contrato no termina hasta el 30 de junio de 2018, y para eso todavía queda mucho tiempo.