Si Cristiano Ronaldo tuviera que elegir entre irse a esquiar con Joseph Blatter o irse a visitar París con Michel Platini, creo que se iría con Blatter sin pensárselo dos veces. Al menos eso es lo que pienso después de ver lo que hizo en la final del Mundial de Clubes disputada en Marrakesh, donde se negó a saludar al máximo mandatario de la UEFA en la entrega de trofeos.
El futbolista portugués aprovechó que estaba hablando con Carlo Ancelotti para pasar por detrás de la forma más disimulada posible. Platini se dio cuenta porque le siguió con la mirada, pero no dijo nada y se quedó con cara de tonto.
Todo por unas declaraciones que no gustaron
Para muchos no estuvo demasiado fino dando su opinión sobre quién debería ganar el Balón de Oro este año. Lejos de apostar por Cristiano, comentó que debería ser alguien que ha ganado un título tan importante como el Mundial. En el Real Madrid esas palabras no sentaron nada bien y pronto emitieron un comunicado oficial expresando su malestar y explicando que se trata de un premio individual, no colectivo.
Florentino Pérez sí que saludó a Platini, con quien seguramente ya había hecho las paces mucho antes. Al máximo mandatario blanco no le interesa tener enemigos en las altas esferas de la UEFA y siempre recurre a la diplomacia para llevarse bien con todo el mundo, pero CR7 está hecho de otra pasta. Puede perdonar, pero no olvida y es capaz de hacer cosas como la que hizo el pasado fin de semana. A mí no me gustó nada, porque es una falta de respeto y él debería ser un ejemplo para los niños que le adoran. Al fin y al cabo Platini solo había dado su opinión sobre el Balón de Oro. ¿Hubiera sido más acertado no darla en público? Tal vez. Pero no por ello hay que crucificarle.
A continuación puedes ver el momento del plantón.