No es el más guapo. No es el más rápido. No es el más técnico. Tampoco es el que más títulos ha ganado, pero tiene un gen de ganador nato que le ha permitido llegar a una cifra mágica con el Barça.
Javier Mascherano, que llegó procedente del Liverpool a cambio de 24 millones de euros, ya puede decir que ha jugado 200 partidos con la camiseta azulgrana que muchos futbolistas sueñan enfundarse durante toda su vida. A base de sacrificio se ha convertido en un jugador muy útil. Un jugador que nunca se ha quejado y siempre ha dado la cara.
Un obrero del fútbol
Los jugadores como Mascherano no son santo de mi devoción, pero eso no quita que sepa reconocer el esfuerzo que llevan a cabo día tras día para estar al máximo nivel. Con Pep Guardiola no era titular indiscutible, pero su polivalencia le llevó a convertirse en una pieza clave dentro del equipo.
Lo mismo pasó después con Tito Vilanova y el Tata Martino, y con Luis Enrique no está siendo una excepción. El técnico asturiano no podía renunciar a un jugador que hizo un Mundial de Brasil de notable alto. De hecho, está utilizándole más de lo que creía, y si no pasa nada raro superará la media de 45 partidos que suele disputar por temporada.
Te dejo con un vídeo que resume lo que está siendo su primer tramo de la temporada. ¡Felicidades Jefecito!
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