Tras el 1-4 de la ida, estaba claro que el Real Madrid no pasaría apuros para avanzar en la Copa del Rey. El Cornellà llegaba al Santiago Bernabéu con una única misión, la de divertirse. Y por cosas del fútbol estuvo a punto de adelantarse en el marcador, pero Xavi Boniquet desperdició una pena máxima cometida por Álvaro Arbeloa. El ’11’ del cuadro catalán envió el balón a las nubes ante el joven Fernando Pacheco, que ayer tuvo la oportunidad de ser titular por primera vez en toda la temporada.
Isco y James se gustan
Acto seguido empezó el festival de los blancos, que se pusieron por delante gracias a una combinación entre Isco y James Rodríguez, que por cierto no fue la última del partido. El de Benalmádena se la puso al espacio y el colombiano batió a Íñigo Alberto con una cuchara al más puro estilo Raúl.
Eso pasó en el minuto 16. Un cuarto de hora después se intercambiaron los papeles y fue Isco el que definió de una forma parecida ante la salida del meta visitante. Dos minutos más tarde repitió James, esta vez aprovechando una genial asistencia de Chicharito Hernández, que se la puso de tacón para que solo tuviera que controlar, levantar la cabeza y fusilar.
Tras la reanudación continuó la fiesta, en parte porque Jesé volvió a pisar el césped del Bernabéu 8 meses después de la grave lesión que sufrió en un partido de Champions ante el Schalke 04. El futbolista canario saltó al terreno de juego en el minuto 10 para sustituir a Sami Khedira, que se llevó un tremendo golpe en la cara y cayó desplomado. Se fue al vestuario por su propio pie, pero muy conmocionado.
Jesé se sumó a la fiesta
Jesé dejó detalles de calidad y tuvo tiempo para marcar, pero antes llegó el cuarto, que fue un gol en propia puerta de Borja López. El central del Cornellà no fue capaz de apartarse tras un disparo de Chicharito que tocó en el larguero y acabó golpeando en sus piernas para colarse dentro de la portería visitante.
Como acabo de comentar, el ’20’ del Madrid cerró la cuenta con un disparo fuerte y cruzado en el minuto 77. Recibió de Isco en la banda derecha y no se lo pensó dos veces. Soltó toda la rabia acumulada durante los 8 meses de ausencia y el Bernabéu coreó su nombre. Carlo Ancelotti ya tiene a otro galáctico preparado para aportar cosas a este Madrid que va sobre ruedas.