La selección española está en pleno proceso de reconstrucción. Sin algunas de sus viejas glorias, Vicente del Bosque debe crear un equipo sólido que gire en torno a otras figuras que están destacando, como es el caso de Isco. El mediapunta malagueño, que es cada vez más importante para Carlo Ancelotti en el Real Madrid, dio todo un recital de fútbol en el partido que disputaron el pasado sábado ante Bielorrusia en Huelva.
Felicitación a medias
No fue un partido perfecto el suyo porque a veces arriesgó en exceso. Le gusta hacerlo bonito y eso la grada lo agradece, pero los entrenadores no son tan partidarios de los taconazos, las elásticas o los sombreros. Prefieren jugadores que no pierden nunca el balón, como por ejemplo Xavi Hernández.
Del Bosque lo dejó claro en la rueda de prensa posterior al partido, que por cierto acabó 3-0 a favor de España. Dijo que jugó muy bien, pero que se enredó con demasiada facilidad, algo que el propio futbolista también reconoció tras el choque.
Gol de bandera
Dejó su sello de calidad en varias acciones y abrió la lata con un golazo soberbio. Cuando apenas se había disputado un cuarto de hora de juego, Isco la puso en la escuadra con una facilidad pasmosa. Fue un disparo lejano que se coló con una rosca perfecta. El portero bielorruso ni siquiera se movió. Se quedó como una estatua esperando que el balón no entrara, pero eso no ocurrió y el 1-0 subió al marcador. El segundo fue obra de Sergio Busquets con otro disparo desde fuera del área y el tercero lo anotó Pedro Rodríguez tras una gran jugada combinada.
Con Isco parece que ha vuelto la ilusión que se había perdido tras el Mundial de Brasil. Le costará asentarse en el once inicial, pero estoy convencido de que tarde o temprano será un fijo en el once de gala de ‘La Roja’. Por el bien del espectáculo espero que así sea.