Pep Guardiola es un culo de mal asiento. En el Barça vivió sus primeros y sus mejores años como entrenador, pero decidió tomarse un año sabático después de ganar un sinfín de títulos. No esperó a que las cosas se torcieran y salió por la puerta grande.
Tras ese año sabático cogió las riendas del Bayern de Múnich, donde lo ganó casi todo. No pudo conquistar la Champions League porque el Real Madrid se llevó la eliminatoria de semifinales con mucha contundencia y eso hizo que se escucharan las primeras críticas en el sur de Alemania, pero independientemente de eso podríamos decir que los aficionados del Bayern están encantados con él y con la filosofía de juego que predica.
No tardará mucho en cambiar de aires
Gane o pierda, triunfe o fracase, me da la sensación de que Guardiola no permanecerá mucho tiempo en el Allianz Arena. Puede que continúe la temporada que viene, pero no mucho más allá. Por él se interesó el Chelsea de Roman Abramovich, a quien pudo conocer en París, pero también el Manchester City (Txiki Begiristain quiere volver a trabajar con él) y el Milan (cualquiera se mete ahí ahora). Ofertas, desde luego, no le van a faltar.
Al igual que José Mourinho, llegó a sonar como sustituto de Sir Alex Ferguson en el Manchester United, pero prefirió fichar por el Bayern por una cuestión de feeling. Además, los diablos rojos no se reunieron con él para presentarle una oferta formal, así que no hubo demasiado interés.
Old Trafford le seduce
Eso no significa que Guardiola nunca vaya a sentarse en el banquillo de Old Trafford como local, un campo que por cierto ha calificado como uno de los más legendarios y míticos de la historia en rueda de prensa. A su amigo Manel Estiarte le comentó que se veía entrenando allí después de batir al United en los cuartos de final de la Champions League, y esas palabras fueron unas palabras muy parecidas a las que pronunció cuando el Barça jugó la Audi Cup en Alemania en 2011.
Lo que tengo muy claro es que no se dejará llevar por el dinero que le ofrezcan y fichará por un club con mucha tradición. Y en esa lista no están los Chelsea, PSG, Manchester City y compañía. La historia se escribe desde el primer día, no desde que tienes dinero para formar un equipo ganador. Y eso es algo contra lo que nunca van a poder competir los nuevos ricos.