Si los dioses de la mitología griega levantaran la cabeza, estoy seguro que abrirían las puertas del Olimpo para dejar pasar a Georgios Samaras. El futbolista del Celtic de Glasgow marcó un gol ‘in extremis’ que mete a Grecia en los octavos de final del Mundial de Brasil, donde se enfrentarán a la peligrosa Costa Rica, líder de un grupo plagado de grandes selecciones.
Su gol no soluciona la crisis del país, es verdad, pero sirve para dar una alegría a los suyos. Se veían eliminados en el minuto 90, pero en el descuento apareció él para establecer el 2-1 definitivo desde el punto de penalti. Fue un penalti justo y una victoria justa, porque los helenos, que han hecho historia al clasificarse por primera vez para unos octavos en un Mundial, merecían los tres puntos.
Los espartanos nunca se rinden
Costa de Marfil decepcionó por enésima vez. No es suficiente con agrupar a varias estrellas para ganar partidos. Ni siquiera en un grupo tan asequible como el que les tocó han sido capaces de avanzar. Didier Drogba disputó (seguramente) su último partido con los elefantes y los hermanos Touré, que acudieron a la cita tras asistir al funeral de un hermano, trataron de aportar su granito de arena. Gervinho intentaba desbordar como siempre y Salomon Kalou esperaba algún que otro regalo para marcar su primer gol en el torneo.
Samaris hizo el 1-0 en el minuto 47, pero Bony igualó la contienda en el 74. Parecía que Costa de Marfil le había arruinado la fiesta a Grecia, pero en el tiempo de descuento se hizo justicia. Derribaron a Samaras dentro del área y el mismo se encargó de ejecutar la pena máxima.
Colombia sigue de fiesta
Si hay una selección que me está gustando por encima de las demás, ésa es Colombia. Está ganando sus partidos con una facilidad pasmosa, gracias a la entrega de unos jugadores que luchan por una misma causa y que están dispuestos a dejarse el alma en cada balón dividido.
Cuadrado pone la música y Jackson Martínez y James Rodríguez se encargan de marcar los goles. Bueno, en realidad da igual, porque Cuadrado también marca y James Rodríguez sabe asistir. El centrocampista del Mónaco se exhibió en 45 minutos. Dos asistencias y un gol para presentar su candidatura a MVP del Mundial.
Japón fue incapaz de frenar a los sudamericanos, que se llevaron el partido por 4-1 gracias a los goles de Cuadrado (de penalti), James Rodríguez y Jackson Martínez, este último por partida doble. Ahora se verán las caras con Uruguay en un duelo que les resulta familiar. El espectáculo está garantizado.