Se acabó lo que se daba. Se acabó el opio del pueblo. Nos hemos quedado sin Mundial de Brasil cuando ni siquiera ha transcurrido una semana desde que se celebró la ceremonia de inauguración. España se las prometía muy felices tras encadenar dos Eurocopas y un Mundial. Era normal pensar en otro título confiando en el famoso tiki-taka, pero esta vez nos vamos a casa con el rabo entre las piernas.
Con el rabo entre las piernas y con la cabeza bien alta por lo que ha logrado una generación de jugadores irrepetibles. Ahora unos tendrán que dejar paso a otros, al tiempo que los máximos responsables de la selección tendrán que evaluar a fondo lo que ha pasado para que en la próxima Eurocopa no volvamos a dar el cante.
Otros 90 minutos para olvidar
La goleada por 1-5 ante Holanda no fue una mala noche aislada. Queríamos pensar eso, pero había mucho más. Los de Vicente del Bosque volvieron a naufragar en el segundo partido, en la primera final. Ni siquiera el espectacular ambiente que se vivió en el Maracaná sirvió para incentivar a unos futbolistas que nos han dado la única estrella que nadie nos podrá quitar por muy mal que lo hagamos de ahora en adelante.
Chile nos pasó la mano por la cara por primera vez en su historia y se clasificó para octavos. Las estadísticas eran muy favorables para los nuestros, pero ayer era imposible lograr los tres puntos. Los sudamericanos iban en moto y nosotros en bicicleta. Por eso ganaron 0-2, aunque la derrota pudo ser algo más abultada si nos fijamos en lo que sucedió en los últimos 20 minutos de partido.
Nervios, cansancio y falta de apetito
Los nervios se apoderaron de los campeones del mundo desde el primer minuto. No eran capaces de triangular porque estaban atenazados. Si a eso le sumamos la asfixiante presión chilena, alguien que no vio el partido se puede imaginar por dónde fueron los tiros.
Diego Costa firmó otra mala actuación y apenas se peleó con un Gary Medel que estuvo enorme abarcando el centro de la defensa con mucha seguridad. David Silva no fue capaz de conectar con el hispano-brasileño y Andrés Iniesta lo intentó sin éxito en infinidad de ocasiones. No estaba Xavi, que fue uno de los damnificados, pero sí estaba Pedro, que le puso muchas ganas y poco más.
Otro futbolista que pasó de la titularidad al banquillo tras la debacle de la primera jornada fue Gerard Piqué. Hizo bien Del Bosque cargándose al central del Barça tras su discreta actuación, aunque a decir verdad Javi Martínez tampoco aprobó. El jugador del Bayern de Múnich estuvo lento y no cumplió en defensa, lo mismo que sucedió con la mayoría de jugadores de ‘La Roja’. Era como si cada pierna les pesara 50 kilos.
Vargas y Aránguiz, los goleadores
Así las cosas, Eduardo Vargas abrió el melón en el minuto 20. Lo hizo tras un buen contraataque de Chile, que aprovechó las miserias de España para plantarse con suma facilidad en el área de la portería defendida por Iker Casillas. El portero del Real Madrid salió a por el delantero que jugó cedido en el Valencia, pero éste logró quitárselo de encima para acabar marcando.
Las caras de los jugadores lo decían todo. Miraban al suelo, se echaban las manos a la cabeza y pocos eran capaces de animarse. El fantasma de Holanda aparecía y la reacción no llegó. No solo eso, sino que Charles Aránguiz anotó el segundo justo antes del descanso tras un mal despeje de Casillas, a quien le gusta muy poco blocar los balones. El rechace le llegó tras un amago de desviar el balón de Jordi Alba y ningún jugador español fue capaz de evitar su remate, que fue poco ortodoxo, pero que superó al capitán español, que todavía estaba pensando en el despeje de puños.
Buen arranque de la segunda parte
Tras la reanudación vimos un cambio. Koke entró por Xabi Alonso, que tenía tarjeta amarilla y no estaba viviendo su mejor partido como profesional. El futbolista del Atlético de Madrid le dio otro aire al equipo durante los primeros minutos, aportando claridad al tocar el balón rápido, que era lo que estaba faltando. Parecía que España podía marcar un gol y meterse en el partido, pero ese ímpetu duró 20 minutos y después se acabó lo que se daba.
Diego Costa la tuvo a pase de Iniesta, pero se durmió y su remate acabó desviado a córner. La más clara, sin embargo, la tuvo Sergio Busquets tras una chilena de Costa que remató a un metro y medio de la portería defendida por Claudio Bravo. El centrocampista del Barça le dio con la caña y la envió fuera para sorpresa de todos los que estábamos viendo la debacle. Cuando no sale nada, no sale nada.
Últimos 20 minutos de sufrimiento
Chile apretó en los últimos 20 minutos. Lejos de replegarse atrás para mantener el resultado, se vio con fuerzas de ir a por el tercero. ¿Por qué? Pues porque los españoles no podían ni con las espinilleras. Estaban destrozados anímica y físicamente. No se podían ni mover y seguramente pensaban en las vacaciones, que es lo que les hace falta.
No entiendo cómo han llegado tan mal al Mundial. Los jugadores de otras selecciones también se han enfrentado a una temporada larga y están mucho más frescos. La falta de actitud también está ahí, como también hay que considerar que algunos no deberían haber jugado. Es el caso de Jordi Alba. El lateral del Barça ha completado una temporada llena de contratiempos, con lesiones y partidos muy flojos. Contra Holanda no subió la banda ni una sola vez, y ayer más de lo mismo. Era lo más parecido a jugar con Álvaro Arbeloa. Balón que recibía, balón que enviaba atrás. No se atrevía a encarar y le faltaba esa chispa que le convierte en uno de los mejores del mundo en su posición.
Lentitud, lentitud y más lentitud
Esa lentitud también la vi en Silva, que ya de por sí es un tipo pausado. Es la lentitud que se contagiaba y que me hace pensar que la mala temporada del Barça tiene mucho que ver con el fracaso de España. No hay que olvidar que es el famoso tiki-taka de Pep Guardiola y Tito Vilanova el que nos llevó a lograr los títulos que figuran en nuestras vitrinas. Ese estilo de juego depende de unos jugadores que han vivido un año para olvidar. Fin de ciclo en el Barça y fin de ciclo en la selección. Pero… ¿seguiremos apostando por el mismo estilo de juego? Es poco probable que Del Bosque continúe, así que el futuro seleccionador lo decidirá.
Relevo generacional a la vista
Soy de los que quieren hablar bien de estos jugadores porque nos han hecho soñar. Lo de este Mundial ha sido una pesadilla, es verdad, pero tenemos que agradecerles lo que nos han hecho disfrutar. Si hubiera cabido la honestidad, más de uno no habría jugado ante Holanda y Chile por petición propia, pero para no ser tachados de desertores han intentado dar la cara. Les ha faltado gasolina, algo de compromiso y ambición. Por eso el relevo generacional es tan necesario para bordar otra estrella encima del escudo.