El Liverpool ha dejado escapar la Premier League a falta de dos jornadas para el final. Todavía tiene opciones, pero depender del Manchester City con el calendario que tiene no es para ser muy optimista. Los de Manuel Pellegrini están a un punto de distancia y les queda jugar ante el Aston Villa y ante el West Ham United en casa, mientras que el Liverpool recibe al Newcastle en la última jornada.
Lo de ayer dolió mucho, tanto que Luis Suárez rompió a llorar cuando el árbitro señaló el final del partido, algo que puedes ver al final de este artículo. Sus lágrimas estaban justificadas, ya que ganaban 3-0 a falta de doce minutos para el final y se dejaron remontar.
Gerrard vivió algo parecido pero al revés
Es como si nadie hubiera visto aquel partido que siempre se recordará en la historia del Liverpool. Me refiero a la final de la Champions League que ganaron ante un Milan que se relajó en exceso cuando iba ganando 3-0. En este caso el rival no era de tanta envergadura y lo tenían todo a favor, pero en el fútbol cualquier cosa puede pasar hasta que se cumple el tiempo reglamentario.
Un 0-3 no siempre es suficiente
Joe Allen hizo el 0-1 en el minuto 18 y tras la reanudación llegaron los goles de Daniel Sturridge y Luis Suárez, los dos máximos goleadores de la Premier. Parecía suficiente para tumbar a un equipo que ya no tiene nada que hacer en la competición, pero la profesionalidad o las primas fueron suficientes para que el Crystal Palace arrancara un empate milagroso.
Damien Delaney recortó distancias en el 79 y Dwight Gayle puso el 2-3 dos minutos más tarde. El partido estaba al rojo vivo y el 3-3 definitivo llegó en el 88, cuando Gayle aprovechó un buen balón peinado al corazón del área para fusilar a un Simon Mignolet que no llegó a tapar su disparo del todo bien.
Todavía es posible que el Liverpool gane esta Premier. De hecho, hasta el Chelsea de José Mourinho tiene opciones, aunque depende de muchas carambolas. Veremos qué es lo que pasa mañana en el duelo que enfrenta al City y el Aston Villa.