Se está hablando de que el Real Madrid está atravesando una delicada situación financiera, pero eso no parece importarle mucho a Sergio Ramos. El central de Camas ya se ha pasado por las oficinas del Santiago Bernabéu para solicitar un aumento de sueldo que se lo ha ganado a pulso. Lo digo por tal y como está el mercado, no porque piense que los futbolistas deban ganar las burradas de dinero que ganan.
Özil pedía lo mismo
A Mesut Özil no le hicieron caso. Se negaron a subirle el sueldo y al final se marchó al Arsenal. No sabemos si por su cabeza pasará hacer lo mismo que su amigo, pero está claro que quiere ser uno de los mejor pagados de la plantilla.
Su contrato termina el 30 de junio de 2017, así que es pronto para hablar. Sin embargo, a Florentino Pérez le gusta negociar las renovaciones dos años antes de que expiren los compromisos en vigor. Por eso es muy probable que entre este año y el que viene se aborde su renovación. Ahora mismo tiene 27 años y le queda mucho de fútbol. La posición de central le permite alargar su carrera deportiva al máximo.
Ofertas de otros clubes no le van a faltar
El PSG y el Manchester City andan al acecho, aunque su corazón es blanco desde que aterrizó en la capital de España procedente del Sevilla. Su última renovación se produjo en 2011, cuando pasó de 2,5 a 5,5 millones de euros por temporada. Por aquel entonces pretendía cobrar 7 millones, una cifra que tal vez le convenza para volver a renovar. Y sino lo consigue ya sabe lo que tiene que hacer: decir que está triste cuando le pregunten en zona mixta.