Ya falta menos para que se acabe el culebrón del verano. No me refiero al escándalo del caso Bárcenas, me refiero al fichaje de Gareth Bale por el Real Madrid. Florentino Pérez y Daniel Levy han llegado a un acuerdo para que el futbolista galés del Tottenham aterrice en la capital de España en los próximos días.
Lo peor de todo es que van a pagar una burrada por él: 120 millones de euros. Un precio que solo podría abaratarse si entra algún jugador como moneda de cambio en la operación. Fabio Coentrao, Ángel Di María y Álvaro Morata son los que más le gustan a André Villas-Boas, pero el Madrid ya ha dejado claro que el canterano no está en venta y no se moverá ni por todo el oro del mundo.
La presión del jugador ha sido fundamental. Ha decidido plantarse como Luka Modric la temporada pasada y su estrategia ha dado sus frutos, sobre todo después de presentarse en las oficinas del White Hart Lane con sus padres. Quería marcharse a toda costa y estaba dispuesto a hacer huelga de hambre si era necesario.
Quieren fichar a Luis Suárez antes de anunciar la marcha de su estrella
El fichaje no se hará oficial hasta que el Tottenham no cierre la contratación de dos o tres jugadores más. En las últimas horas hemos sabido que Roberto Soldado ya es de los ‘Spurs’ y el próximo en incorporarse podría ser Luis Suárez, futbolista del Liverpool que también llegó a sonar para el Madrid. Dinero no les faltará para convencer a quien haga falta tras cerrar el fichaje más caro de la historia del fútbol con diferencia.