Sergio Ramos se ha hecho un nuevo tatuaje, y la verdad es que ya hemos perdido la cuenta. El central del Real Madrid es como David Beckham, un adicto a los tatuajes que sirven para recordar momentos importantes de su vida o personas que han dejado huella. En definitiva, se trata de plasmar sentimientos en la piel.
Dos letras élficas, la Giralda, el nombre de su madre Paqui, el apodo de su padre (Rubio), la Copa del Mundo… El primero que se hizo fue un duende en el omoplato cuando tenía 14 años y a sus padres no les hizo mucha gracia.
Este pasado fin de semana, en San Mamés, Ramos se tapó el antebrazo izquierdo para ocultar otro tatuaje que se acaba de hacer. Según hemos podido saber, es un retrato de su padre.