Se acabó lo que se daba. Manuel Llorente ha decidido plegar. Ya no será el presidente del Valencia y con él también se marcha el vicepresidente. Su lugar en el palco lo ocupará de forma provisional Fernando Giner.
El hombre se ha despedido entre lágrimas, aunque a la mayoría de la afición ché no le dará lástima porque hacía mucho tiempo que pedían su dimisión.
Lo he meditado mucho. Desde hoy facilitaremos el trabajo a la nueva gestión. Para mí lo más importante es el Valencia, que para mí está por encima de las personas y de las instituciones
Se va porque ya no podía tomar decisiones con total libertad
Su marcha tiene que ver con una imposición de la Generalitat, que le colocaba a once patronos que iban a supervisar todas las decisiones del Consejo. De hecho, va a ser así para que el club no siga endeudándose, ya que actualmente (y desde hace bastante años) vive por encima de sus posibilidades.
Estuve hablando con Federico Varona y fue una conversación cordial, muy positiva. Yo he recibido apoyos, me han dicho que están contentos conmigo, pero uno tiene que tener intuición y saber cuándo irse. Mis cuatro años han parecido ocho. Me hubiera gustado terminar mi contrato, pero en este tiempo nos hemos desgastado mucho. Si hoy puedo hacer que el futuro del Valencia comience a construirse ya, ¿para qué estar esperando cuatro meses más? Lo mejor es quitarse del escenario.
En estos momentos hay un accionista y una Fundación que poseen el 70% de las acciones del club. Ellos serán quienes tendrán que tomar las decisiones de ahora en adelante. Veremos qué es lo que pasa, pero me temo que el Valencia se convertirá en un club todavía más vendedor en los próximos años si no aparece un magnate ruso o un jeque árabe dispuesto a comprar la deuda e invertir en fichajes.