El Real Madrid no quiere la Liga. Está tan lejos del Barça que hasta le sobra. Si por el club fuera jugarían solo los partidos de Copa del Rey y Champions, que es donde todavía tienen algo que rascar. Lo volvieron a demostrar este pasado fin de semana en Los Cármenes, donde el Granada le puso más fe y coraje para llevarse los tres puntos.
Se cumplió lo de que un entrenador nuevo te garantiza una victoria en su estreno. Pocos lo creían, pero lo lograron por méritos propios. Estuvieron muy enchufados, presionaron mucho y no vivieron un asedio pese a ir por detrás en el marcador. Algunos jugadores del Madrid se borraron y José Mourinho no tardó en criticarles en la rueda de prensa posterior.
Cristiano marcó, pero donde no debía
El único gol del partido lo marcó el de siempre, Cristiano Ronaldo. Lo malo es que no lo marcó en la portería rival, sino en la que defendía Diego López. Fue en el minuto 22 y a la salida de un córner muy cerrado que lanzó Nolito, uno de los fichajes de invierno del cuadro nazarí.
A partir de ese momento el Madrid lo intentó más, sobre todo en la segunda mitad. Karim Benzema entró por Gonzalo Higuaín y trató de solucionar el enredo, pero no estuvo nada fino y desaprovechó una ocasión clarísima que habría supuesto el empate. Fue el reflejo de una de las peores noches del Madrid en los últimos años.