El Barça sumó tres puntos de oro en la Champions League para tener la clasificación a tiro de piedra. Eso sí, le costó lo suyo ante un Celtic de Glasgow aguerrido que se presentó en el Camp Nou sin ningún tipo de complejos.
Tito Vilanova tuvo que inventarse una nueva alineación para fortalecer la defensa. Las bajas de Carles Puyol y Gerard Piqué, sumadas a la sanción de Sergio Busquets que también le impedirá jugar el próximo partido, le obligaron a tirar de la cantera para darle una oportunidad a Marc Bartra.
El Barça dominó el partido de cabo a rabo, y eso que el Celtic no se encerró descaradamente (sobre todo en la primera parte). Las ocasiones llegaban pero el gol se resistía, todo lo contrario que les pasó a los escoceses. En la primera oportunidad a balón parado Javier Mascherano se marcó un gol en propia puerta que dejó helado a Víctor Valdés, quien esta temporada se está acostumbrando a este tipo de goles.
Andrés Iniesta apareció en el último minuto de la primera parte para marcar un gol psicológico que igualó el encuentro antes del descanso. El de Fuentealbilla fue partícipe de una doble triangulación de otra galaxia en la que también participaron Leo Messi y Xavi Hernández, cómo no.
Reacción ‘in extremis’
Tras el descanso el Barça lo intentó con paciencia. Sin embargo, se chocó contra la muralla escocesa una y otra vez y no fue capaz de encontrar el camino del gol. La fe fue lo único que le mantuvo vivo y su recompensa llegó en el tiempo de descuento. Jordi Alba remató a gol un centro envenenado de Adriano que se paseó por el área sin que nadie lo tocara. Foster se quedó mirando el balón, y cuando se dio cuenta de que el ex del Valencia llegaba por el segundo palo no pudo reaccionar. Era un gol que hacía justicia a lo que se había visto sobre el terreno de juego.
El Barça sigue líder de su grupo con 9 puntos, seguido por el Celtic de Glasgow que tiene 4. El Spartak de Moscú de Unai Emery es tercero después de ganar por 2-1 al Benfica.
