Lo de utilizar un tiempo verbal futuro en el titular es un decir. Perfectamente se podría emplear un tiempo verbal presente para hablar de lo que está sucediendo en nuestro país con las entradas de fútbol. El deporte rey se ha convertido en un negocio desde hace mucho tiempo, pero lo peor de todo es que a algunos directivos se les está escapando de las manos. Real Madrid y FC Barcelona están a la cabeza, pero hay otros equipos de menor dimensión que tampoco se quedan cortos, especialmente cuando los grandes les visitan.
No va en sintonía con la economía
En nuestro país, que por si no lo sabíais está en la ruina y con el paro por las nubes (23% y subiendo), las entradas de fútbol son las más caras de Europa. Sí, es una paradoja tan increíble como real. Animar desde el campo a tu equipo es cada vez más difícil.
Las comparaciones son odiosas
Para que os hagáis una idea, las entradas más baratas para ir a ver al Rayo Vallecano o al Getafe cuestan lo mismo que las entradas más caras para ver a equipos tan potentes como el Bayer Leverkusen o el Manchester City. ¿Es eso normal? Desde luego que no. A más de uno no debería extrañarle que según qué campos estén vacíos.
Las entradas en algunos campos pueden subir hasta un 300% por la visita de Barça y Madrid. Los clubes aprovechan esos partidos para hacer caja y no piensan en el daño que están haciendo a los aficionados. La ‘pela’ es la ‘pela’.
Los precios mínimos en Alemania nunca superan los 18 euros (en España hay que irse hasta la grada alta de Mestalla para encontrar unas entradas por 10 euros). Pese a que el PIB es mucho más alto allí y los ciudadanos gozan de un salario medio mucho más elevado que el de los españoles, los directivos no se aprovechan y venden entradas a precios razonables. No hay que olvidar que son 90 minutos lo que dura un partido.
Hasta en Segunda División B se pasan con los precios
Un ejemplo bastante lamentable se vivió en Asturias no hace mucho. El Oviedo-La Roda, un duelo de Segunda División B, costaba 25 euros, mientras que el Leverkusen-Barça, un duelo de octavos de final de la Champions League, se podía presenciar desde 15 euros. Está claro que algo falla.
La Champions es para ricos
Otro ejemplo que os enfadará bastante es el de la eliminatoria de semifinales de la Champions League que enfrentará a Bayern de Múnich y Real Madrid. En el Allianz Arena el precio de las entradas oscila entre los 40 y los 120 euros, mientras que en el Santiago Bernabéu oscila entre los 70 y los 325 euros para el público general. ¿Alguien me lo puede explicar?
La televisión de pago tampoco ayuda
Por último, mencionar otros dos problemas que están propiciando que la gente no quiera acudir a los estadios: la televisión de pago ofrece todos los partidos y está al alcance de más bolsillos y los horarios de los partidos se desconocen hasta pocas semanas antes, lo cual es un inconveniente para planificar un viaje con antelación.
Lo dicho, dentro de poco ir a ver partidos de fútbol será algo que estará solo al alcance de los ricos. En parte para mucha gente no será un problema porque no es algo de primera necesidad. Sin embargo, creo que es de tener muy poco tacto con los aficionados. Así nos va…