Didier Drogba, autor del primer gol del Chelsea en la noche de ayer, simuló haber sido agredido por un jugador del Nápoles y se quedó tendido en el césped con un ojo mirando al árbitro para ver lo que sucedía. Está claro que Sergio Busquets creó escuela ante el Inter de Milán hace unos años, algo que le ha valido el calificativo de teatrero.