El Inter de Milán se ha despedido de la Champions League de forma prematura teniendo en cuenta la plantilla que tiene. Eso sí, a nadie le ha pillado por sorpresa porque la presente temporada está siendo catastrófica y nadie cree que Claudio Ranieri vaya a continuar al frente del equipo más allá del 30 de junio.
El Olympique de Marsella, que ya se la lio en Francia, supo administrar el 1-0 de la ida para clasificarse para los cuartos de final al perder por 2-1 en el Giuseppe Meazza. El valor doble de los goles marcados fuera de casa le dio la clasificación a los de Didier Deschamps.
El partido no registró goles hasta el último cuarto de hora. Fue entonces cuando apareció Diego Milito para marcar un gol de fortuna tras una jugada muy embarullada en el área gala. Parecía que los de Ranieri se iban a venir arriba para lograr el segundo, pero el miedo les pudo y no estuvieron demasiado acertados de cara a puerta.
Lejos de marcar el segundo, recibieron el empate en el tiempo de descuento. Brandao enmudeció a la grada con un gran disparo que no pudo atajar Julio César. Un minuto después el árbitro pitó penalti a favor del Inter y Pazzini lo transformó. Sin embargo, el tiempo extra se había agotado y la eliminación de los italianos era una realidad.
A falta de disputarse dos partidos de vuelta de los octavos de final, podríamos decir que la presente edición de la Champions no contará con tantos equipos potentes como se pensaba. Estarán el Apoel Nicosia, el Benfica y el Olympique de Marsella, tres equipos que seguramente no imaginaban llegar tan lejos cuando empezó la competición. ¿Se sumarán a ellos el CSKA de Moscú y el Nápoles?