El Real Madrid jugó anoche un gran partido en el Camp Nou. Por fin salió a por todas, sin complejo de inferioridad y presionando al máximo a su rival, el FC Barcelona. El enésimo planteamiento de José Mourinho funcionó porque se vio un partido de tú a tú, entre los dos mejores equipos de España.
La afición catalana recibió a Pepe con muchos silbidos y con gritos de «asesino, asesino». Era lo mínimo que se podía esperar tras su pisotón a Leo Messi. Por suerte, no hubo que lamentar lanzamiento de objetos al campo como sucedió hace unos años con Luis Figo.
Pepe fue titular y la verdad es que estuvo a un gran nivel deportivamente hablando. Además, no fue protagonista por ninguna agresión (lo peor que hizo fue darle un manotazo a Cesc Fábregas que a mí me parece más intencionado que otra cosa).
La primera hora del Madrid fue sublime. A los 14 segundos Gonzalo Higuaín dispuso de una ocasión única para marcar. Gerard Piqué se durmió en una cesión a José Manuel Pinto y el argentino se quedó solo con todo para marcar. Su disparo se fue muy desviado.
Las ocasiones continuaron llegando del lado visitante. Higuaín volvió a tenerla pero Pinto la sacó por bajo. Minutos más tarde fue Mesut Özil quien se sacó de la chistera un impresionante disparo que dio en el larguero, en el palo y se paseó por la línea de gol. El alemán firmó un partido espectacular, demostrando que el equipo debería girar en torno a su magia.
Sin embargo, en el fútbol hay que tener pegada, y eso es precisamente de lo que adoleció el Madrid en la primera parte. El Barça hizo todo lo contrario y aprovechó sus dos grandes ocasiones. Primero Messi le regaló un gol a Pedro, quien salió al campo desde el banquillo después de que se lesionara Andrés Iniesta. Ya al filo del descanso, Dani Alves marcó un golazo que a la postre iba a ser decisivo. Enganchó un balón desde el pico del área que se coló por la escuadra de la portería defendida por Iker Casillas. Imposible para el capitán blanco.
Tras la reanudación el Madrid continuó con el mismo guión, creyó en sus posibilidades y pudo poner en aprietos al campeón del mundo. Cristiano Ronaldo recortó diferencias tras un gran pase de Özil en el minuto 67. Cuatro minutos más tarde Karim Benzema congeló a los aficionados del Barça marcando un golazo que demuestra su clase.
Parecía que el Madrid se podía llevar el gato al agua marcando un gol más, más que nada porque todavía quedaban 20 largos minutos por delante. Özil, Cristiano Ronaldo y Benzema siguieron intentándolo, pero el tanto no llegó. Los recogepelotas del Camp Nou perdieron tiempo a más no poder y los jugadores también recurrieron al juego subterráneo para arrancar varios minutos al crono. El propio Alves perdió un minuto en el tiempo de descuento quejándose de una patada. Pese a ello, Teixeira Vitienes no añadió nada más al descuento y los jugadores del Madrid se fueron a por él con un enfado tremendo. No era para menos.
Ahora el Barça se medirá al vencedor de la eliminatoria entre el Valencia y el Levante. Los de Unai Emery ganaron el partido de ida por 4-1.