Unai Emery pilló un cabreo tremendo con sus jugadores porque se dejaron remontar ante el Bayer Leverkusen. Sin embargo, estuvo orgulloso por el juego porque la primera parte fue realmente buena y pudieron sentenciar a su rival.
Los alemanes le dieron la vuelta al marcador en tres minutos y su técnico, Robin Dutt, celebró con mucha efusividad el segundo tanto de su equipo. Su actitud encendió a Emery, quien ya había tenido sus más y sus menos con él en una jugada en la que el Valencia no tiró el balón fuera porque los jugadores consideraron que era el árbitro el que tenía que parar el juego. Por suerte la cosa no fue a más y no hubo que lamentar otro tipo de incidentes.