Mohamed Abougabal, portero del ENPPI de la primera división egipcia, tardará mucho tiempo en olvidar uno de los goles que encajó el jueves en el partido que su equipo disputó ante el Al Masry. Significó el 1-0 definitivo y llegó en el minuto 88, cuando más duele. Podemos decir que se comió el balón con patatas.