El FC Barcelona es un equipo en todos los sentidos, no sólo cuando tiene el balón o cuando tiene que defender, también cuando hay que protestar por una decisión arbitral. Anoche quedó más que demostrado en el partido de ida de las semifinales de la Champions League que les enfrentó al Real Madrid en el Santiago Bernabéu. La expulsión de Pepe, que para mí no fue justa, estuvo muy condicionada por el papelón de los jugadores de Pep Guardiola.
Que nadie malinterprete mis palabras, hasta cierto punto apoyo lo que hicieron porque es de pícaro. Cuando Pepe cometió la entrada sobre Dani Alves todos los jugadores azulgranas se fueron a por Wolfgang Stark como si el portugués hubiera matado al brasileño. Realmente no fue así, y la entrada tranquilamente se hubiera solucionado con una tarjeta amarilla en otro partido. ¿Por qué no se solucionó de esa forma? Pues porque los jugadores del Barça ejercieron una presión que sorprendió tanto al árbitro que se vio obligado a sacar la roja. Por supuesto, el papelón de Alves, todo un especialista en este tipo de situaciones, también ayudó.
En gran parte, y a modo de comparación para que veais que esto no os lo digo para llorar como José Mourinho, me recordó a lo que sucedió hace dos temporadas en el Barça – Espanyol que se jugó en el Camp Nou. Seydou Keita se fue a la calle en el minuto 38 de partido por una entrada sobre Moisés Hurtado que no fue nada del otro jueves. Sin embargo, todos los jugadores blanquiazules se fueron a por el árbitro a toda velocidad y haciendo aspavientos, algo que condicionó su decisión. Lo que aquel día hubiera sido una amarilla se convirtió en una roja.
En fin, los equipos tendrán que entrenar este tipo de protestas en grupo, porque está claro que son muy efectivas. Eso o que los árbitros no se dejen influenciar por la reacción de los futbolistas, que tampoco estaría mal…
¿Qué opináis?