Mirko Vucinic falló este fin de semana uno de esos goles que no se pueden fallar. Jérémy Ménez le puso el balón en bandeja, sin oposición y con el portero vendido, para que sólo la tuviera que empujar. Sin embargo, la empujó mal, a las nubes. Finalmente la Roma terminó perdiendo por 2-3 ante el Palermo y se complica su presencia en Europa la temporada que viene.