El Real Madrid logró ayer un buen empate en Gerland ante el Olympique de Lyon. Los blancos acariciaron la victoria en el partido de ida de los octavos de final de la Champions League. Sin embargo, los franceses tiraron de casta y lograron el empate a pocos minutos para el final en una jugada bastante afortunada.
José Mourinho alineó a su equipo de gala y no quiso apostar por el trivote como se había comentado horas antes del partido. Sentó a Karim Benzema y apostó por Emmanuel Adebayor. El delantero togolés estuvo algo perdido y poco pudo intervenir en el juego, aunque logró aguantar algún balón jugando de espaldas.
La primera parte fue horrorosa para el Madrid. El Lyon salió mucho más enchufado y presionando muy arriba, por lo que llegó a tener más el balón. Además, cuando la tenían los de la capital de España no se presagiaba la sensación de peligro que sí se ha presagiado en otros partidos. La falta de movilidad era evidente y Cristiano Ronaldo estuvo muy apagado, aunque lo intentó en alguna que otra jugada aislada.
Así las cosas, el partido se decidió en la segunda parte. Mourinho dio entrada a Benzema en el minuto 65 y el francés logró marcar en el primer balón que tocó, cuando no llevaba ni un minuto sobre el terreno de juego. Aprovechó una gran jugada de Mesut Özil y un pase de Cristiano Ronaldo para marcar con bastante fortuna, superando a Lloris con un disparo bastante pobre que le pasó por debajo de las piernas. Cris trató de sacarlo en última instancia pero sólo pudo tocar el balón cuando ya estaba dentro.
Parecía que la eliminatoria estaba muy encarrilada, entre otras cosas porque los franceses no daban sensación de peligro. Sin embargo, en una jugada a balón parado llegó el 1-1 definitivo. La colgaron al área, Cris remató como pudo con la cabeza y el balón fue a caerle a Gomis, quien libre de marca batió a Iker Casillas sin problemas.
Pese a que el Madrid tiene ventaja por haber marcado fuera de casa, no deberá relajarse porque con una derrota por la mínima quedará eliminado. ¿Logrará terminar con la maldición de los octavos de final?