Partido de los que crean afición el que se ha podido ver en San Mamés. Dos equipos con estilos tan opuestos como el Athletic de Bilbao y el FC Barcelona han ofrecido espectáculo del bueno. El 0-0 de la ida parecía que se iba a volver a repetir, pero en el último cuarto de hora han llegado los dos únicos tantos de la eliminatoria, los que le dan el pase a cuartos de final a los de Pep Guardiola.
Se esperaba mucha tensión sobre el terreno de juego, con una grada entregada y con unos jugadores locales dispuestos a dejarse la piel. Y así ha sido. El Athletic no se ha amilanado en ningún momento y ha sido capaz de frenar todas las embestidas del mejor equipo del mundo. Además, Gorka Iraizoz ha aparecido cuando ha tenido que aparecer.
Sin embargo, el Barça tiene mucha calidad y por cualquier error se te puede venir abajo todo el trabajo realizado durante la eliminatoria. Eso es precisamente lo que pasó en el minuto 30 de partido, cuando Xavi Hernández metió un balón en profundidad buscando a Leo Messi dentro del área, quien rápidamente fue tapado por dos jugadores. Esto propició la subida de Eric Abidal, quien minutos antes había sido agredido con una moneda a la salida de un córner.
El lateral francés marcó su primer gol con la camiseta del Barça, el segundo de su carrera deportiva. Un tanto muy importante porque obligaba a los rojiblancos a marcar dos goles más. Uno de ellos llegó, pero faltó el segundo. Fernando Llorente acortó distancias a falta de 5 minutos para el final con una jugada de delantero centro puro, pero no hubo tiempo para más y el Barça se clasificó pidiendo la hora y con el anecdótico debut de Ibrahim Afellay como nota a destacar. El holandés entró en el minuto 45 de la segunda parte sustituyendo a un desacertado pero entregado David Villa.