El Inter de Milán es el nuevo campeón del mundo. El FC Barcelona ya no podrá lucir ese logo tan preciado pese a que es el equipo que mejor fútbol practica actualmente. Los italianos superaron por 0-3 al Mazembe congoleño y completaron un año de ensueño en el que sólo se les ha resistido la Supercopa de Europa. Samuel Eto’o fue decisivo, demostrando que es un jugador que siempre aparece en los partidos decisivos (véase su aportación en las dos últimas finales de Champions League ganadas por el Barça).
La baja de Wesley Sneijder preocupaba mucho a Rafa Benítez, sobre todo porque el Mazembe salió muy bien colocado al campo. Sin embargo, apareció Eto’o para desatascar el partido con una magnífica asistencia a Goran Pandev. El macedonio no desaprovechó semejante regalo y batió a Kidiaba en un mano a mano que sólo podía terminar en gol. Era el minuto 13.
Tan solo 5 minutos más tarde Eto’o fue protagonista de nuevo. El delantero camerunés culminó una gran jugada de los italianos disparando cruzado desde fuera del área. Parecía la sentencia, pero los africanos no se rindieron y continuaron peleando pese a ser sabedores de que la remontada era casi imposible.
La segunda mitad fue más de lo mismo, aunque con el Inter más reservado atrás para contener la ventaja en el marcador. Diego Milito no aprovechó las ocasiones que tuvo y Benítez dio entrada a Jonathan Biabiany, un delantero francés que nunca olvidará su primer gol con la camiseta del Inter en un partido oficial. Lo anotó a falta de 5 minutos para la conclusión, aprovechando un gran pase a la espalda de la defensa y definiendo con mucha sangre fría. Tendremos que tenerle muy en cuenta de cara al futuro.