Muchos pensaban que Fernando Llorente era un jugador que se podía fichar tranquilamente. Su cláusula de rescisión es de 36 millones de euros y esa es una cifra que pueden costear algunos clubes de Europa como el Real Madrid. Florentino Pérez está acostumbrado a fichar a cualquier precio y la llegada del delantero vasco iba cogiendo forma en las últimas semanas. Sin embargo, esa cantidad no es la definitiva, hay más.
Resulta que a los 36 millones hay que añadirles otros 27 millones más en concepto de impuestos que irían a parar a Hacienda. Así las cosas, su fichaje pasa a ser una locura que no creo que nadie esté dispuesto a asumir. Pienso que Llorente es un buen delantero, un goleador capaz de desatascar partidos tal y como ha demostrado con la selección española. Pese a ello, me parece que pagar 63 millones de euros por tenerle en plantilla es algo desmesurado.
¿Vosotros qué opináis?