Karl Henry es uno de esos jugadores que deberían estar sancionados de por vida. Es inglés, tiene 28 años y juega como centrocampista defensivo en el Wolverhampton, repartiendo leña a diestro y siniestro. Al más puro estilo Nigel de Jong, lo único que sabe hacer es cortar jugadas poniendo en peligro la integridad física de los rivales.
La temporada pasada fue un hombre muy criticado por la dureza con la que se empleaba en los partidos. Este año, cuando sólo se llevan disputadas 7 jornadas, ya ha dejado su sello en las piernas de jugadores como Bobby Zamora, quien tuvo que marcharse del terreno de juego lesionado y con claros gestos de dolor en el partido que disputaron los ‘Wolves’ y el Fulham. Estará nada más y nada menos que 4 meses en el dique seco.
La última entrada criminal se pudo presenciar el pasado sábado, en el partido que enfrentó al Wigan Athletic y al Wolverhampton. Jordi López, jugador español que milita en las filas de los blanquiazules, fue derribado de una forma salvaje, aunque afortunadamente no sufrió ninguna lesión grave. El colegiado del partido, Lee Stephen Mason, no tuvo más remedio que expulsarle. Además, ahora hemos podido conocer que deberá cumplir 3 partidos de sanción, muy pocos para mi humilde opinión.
Roberto Martínez, entrenador del Wigan, no ha tardado en criticar lo que Henry hizo:
Es la peor entrada que he visto en el DW Stadium.
A todo esto, el centrocampista no se arrepiente para nada y trata de justificar su comportamiento comentando que es lo que se tiene que hacer en una liga tan aparentemente dura como la Premier League:
No voy a cambiar mi manera de jugar. Esto es un deporte de contacto, y más en esta Liga. No salgo a un terreno de juego igual que si voy a pasear por el parque.