En el post anterior he hablado de las bondades del fútbol, de uno de esos casos que siempre me gusta comentar. Sin embargo, inmediatamente después tengo que hablaros de algo muy desagradable que sucedió tras el partido que disputaron Sarajevo y Siroki Brijeg, dos equipos que están arriba en la clasificación de la primera división de Bosnia y Herzegovina.
El espectáculo que se produjo al final del partido fue bochornoso. Los aficionados de ambos equipos iniciaron una batalla campal y la emprendieron con los banquilos y con los agentes de seguridad. Violencia gratuita en un terreno de juego que en este caso no es sudamericano. Por cierto, el partido terminó 1-1, aunque creo que eso es lo de menos…