Florentino Pérez enloqueció este pasado verano invirtiendo una cantidad de dinero escalofriante, en total 300 millones de euros. El máximo mandatario del Real Madrid pensó que su equipo neogaláctico alcanzaría la final de la Champions League, esa competición que este año vivirá su final en el Santiago Bernabéu el próximo 22 de mayo. Pese a que muchos le tacharon de imprudente y poco ejemplar al realizar ese despilfarro en plena época de crisis, los madridistas recobraron la ilusión gracias a la llegada de jugadores tan importantes como Kaká, Benzema, Cristiano Ronaldo o Xabi Alonso. Sin embargo, las cosas no han salido como esperaba.
La eliminación en octavos de final de la máxima competición europea ha supuesto un duro mazazo para la entidad blanca, no sólo en lo que a estado de ánimo se refiere, sino también en el apartado económico. La máquina de hacer dinero de Florentino ha visto trastocados sus planes con una eliminación demasiado temprana. Se subestimó al Olympique de Lyon y se produjo lo que nadie imaginaba en Chamartín cuando Cristiano Ronaldo hacía el 1-0 en el minuto 6.
El pitido final de Nicola Rizzoli, quien estuvo estupendo durante toda la noche, dio paso a un aluvión de críticas, a un aluvión de decepciones. La afición blanca se vino abajo, algunos jugadores (no todos) estaban abatidos. Florentino Pérez, siempre comportándose como un caballero, dio la mano al presidente del conjunto francés para felicitarle, pero por dentro estaba muy triste, pues han dejado de ingresar 20 millones de euros.
Los cálculos eran fáciles si se tenía en cuenta que el equipo podía llegar a la final. Un total de 40 millones de euros eran los que podían ir a parar a las arcas del club. Sin embargo, la eliminación en octavos ha hecho que sólo hayan ingresado poco más de 20 millones de euros, cantidad muy similar a la del año pasado que supone un palo tremendo para las cuentas.