El Real Madrid ya se puede empezar a lamentar por el fichaje de Kaká. El brasileño no está rindiendo como en sus mejores años como milanista, pero eso no es lo más preocupante, lo peor de todo es que sufre una pubalgia crónica que no pudieron detectar en la revisión médica que tuvo que pasar cuando fue fichado.
El brasileño tendrá que cumplir un tratamiento diario hasta que se retire para no sufrir una recaída. Es por ello que cada día tiene que hacer media hora de trabajo extra antes y después de los entrenamientos. El pasado 29 de noviembre, justo después del partido frente al Barcelona, los médicos evaluaron su estado y decidieron no pasar por el quirófano. De momento está llevando un tratamiento conservador que va por buen camino.
En estos momentos lo que está haciendo es potenciar las abdominales, los glúteos y la espalda. Dicen que volverá a ser el de antes, pues todavía no está en forma. Veremos si esto es así o si pasa con más pena que gloria por el Real Madrid. El tiempo lo dirá.