Álex Sánchez consiguió lo que siempre había soñado, debutar en Primera división. No sería noticia si no fuera porque es manco. El delantero del Zaragoza nació sin la mano, pero ha demostrando que no necesita esta extremidad para jugar en la máxima competición nacional. El canterano, que ya había sido citado en otras ocasiones, fue una de las anécdotas de la jornada pero a la vez un ejemplo de perseverancia.
Lo cierto es que es un jugador excepcional, tiene una gran técnica, es ambidiestro con sus piernas y ya ha marcado la friolera de 12 goles con el Zaragoza B en 10 partidos. A pesar de que no pudo evitar la derrota de los suyos ante el Valencia, Álex ha trabajado como el que más para llegar a conseguir su objetivo.
Desde aquí le queremos felicitar porque es un ejemplo para todos nosotros. Tener una discapacidad no significa ser menos que los demás. En esta vida todo se puede conseguir, es cuestión de proponérnoslo y luchar por ello. Álex no hace falta que sea pichichi, él ya ha triunfado.